martes, 9 de octubre de 2007

Piratería o no Piratería: he ahí el Dilema

Haciendo un poco de historia (me refiero a cuando yo era un niño), y cuando nadie se preocupaba del origen de las "comiquitas", muchos disfrutamos de los animé (sin tener conciencia de lo que estábamos consumiendo) que nos ofrecían las televisoras de señal abierta, no teníamos la opción de video grabadoras, y faltaban muchos años para que hicieran su aparición los CD y los DVD; los más afortunados quizás tenían acceso a películas (aquellas que se utilizaban en proyectores). En fin, al parecer sobrevivíamos sin mayor dificultad a la falta de variedad que nos presentaban las dos o tres estaciones de televisión que habían para el momento en Venezuela.

En mi caso en particular, nunca consideré grabar (unos años después, cuando ya existían las video grabadoras, más precisamente: los Betamax) ningún material de los emitido por las televisoras (como aquel "visionario" venezolano que grabó algunos episodios de la Señorita Cometa). ¿Qué les puedo decir? Ahora me embarga el arrepentimiento de no haberlo hecho, y busco (casi con desesperada obsesión) todo el material que pude haber tenido.

En la actualidad, las necesidades de productos relacionados al animé son cubiertas por una mayor variedad de fuentes: las televisoras de señal abierta, las televisoras por suscripción o pagas (cable), tiendas especializadas, revistas especializadas, grupos otaku, Internet y piratería.

Pero aunque existe una mayor variedad, la cantidad de material disponible se reduce. Las televisoras de señal abierta han reducido la cantidad de animé a casi cero (sin mencionar todos los desmanes con que afectan a sus presentaciones); las televisoras por suscripción no alcanzan a la mayoría de la población (creo que únicamente el 18% en el caso de Venezuela, aunque tiende al aumento) a lo que se le suma que aparte de Cartoon Network la verdadera opción de animé está en Animax, que dicho sea de paso no es ofrecido por todas las operadoras locales; las tiendas "especializadas" han adquirido su más auténtica especialización en elevar astronómicamente los precios de todo lo que venden y en tener poca variedad, y en algunos (¿algunos?) casos se han dejado subyugar por el fantasma de la piratería; en cuanto a las revistas especializadas: ¡todas nos llegan hasta con un año de atraso! Pero lo peor es la variedad, habían dos muy buenas publicaciones españolas (Minami y Dokan) que dejaron de ser publicadas, lamentablemente quedaron otras más que muy poco aportan; los grupos otaku en Venezuela hacen algunos esfuerzos importantes, pero en su mayoría (por suerte no todos) se dedican a criticarse y boicotearse unos con otros (cada grupo cree poseer el "Santo Grial" del conocimiento del animé); Internet tiene la misma característica (en cuanto a alcance) de la televisión por suscripción, y en cuanto a materia audiovisual pocos son los lugares que ofrecen buen material y que sea legal (respete los derechos propiedad, comerciales e intelectuales o de su propietario o autor),

Debo hacer una mención especial a la última opción de la lista: la piratería, la cual se ha especializado y extendido como la plaga, aquí en Venezuela tenemos a los llamados "buhoneros" (comerciantes informales que se establecen en cualquier parte de las calles, avenidas o plazas, según su propio criterio) quienes ofrecen su mercancía al público en general, sin pudor a la hora de infringir las leyes y sin ningún control de censura (en lo que a material audiovisual se refiere).

Hablando de los animé que venden estos "buhoneros" podemos decir que goza, entre otras, de las siguientes características:

  • Variedad. Vemos todos los géneros de animé, así como de muy variadas "épocas".

  • Calidad. Va de buena a pésima.

  • Costo. Definitivamente, creen que están vendiendo oro; de hecho, dentro del mundo de las copias ilegales, el animé puede llegar a costar el triple (300%) de lo que cuesta cualquier otro género.

  • Garantía. Algunas veces pueden llegar a cambiar el material si tiene fallas.

  • Asesoría. Totalmente ausente, la mayoría no tiene ni idea de lo que vende (solo saben que deben venderlo más costoso).

Ahora bien, la culpa de la existencia de la piratería es la demanda (los compradores), o lo que es lo mismo que existe el mercado consumidor para el producto ofertado, aunado a la falta de controles legales sobre este tipo de material y a los costos del material original.

Reconozco que casi me infarte un día que vi en uno de estos "negocios" los DVD de Capitán Futuro, Súper Agente Cobra y Conan, el niño del futuro... y antes de que me diera cuenta, ya los tenía en mi poder (que puedo decir... "la carne es débil").

No se como reaccionaría en el futuro si viera a la venta a Fantasmagórico, Agentes Fantasma, Barón satánico o Señorita Cometa.

Ahora una pregunta, a modo de reflexión y conclusión: ¿Se justifica la piratería y su consumo? En lo particular me siento sin la autoridad moral necesaria para censurarlo, pero sigo pensando que somos los consumidores los que establecemos pautas de consumo y mercado.

Y ¿Qué opinas tu de la piratería?

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